jueves, 15 de octubre de 2009

COMO AYUDAR A TU BEBE A DEJAR LOS PAÑALES


No existe una edad precisa para iniciar el entrenamiento necesario para abandonar los pañales. El momento adecuado depende del desarrollo físico y psicológico de su niño. Los niños menores de 12 meses no poseen control sobre los movimientos intestinales ni de la vejiga y muy poco control después de esa edad, hasta los 18 meses.
Entre los 18 y 24 meses, los niños a menudo comienzan a mostrar señales de que ya están listos, sin embargo algunos niños no lo estarán hasta los 30 meses de edad y hasta más, sin que por ello se consideren “anormales”.
Su niño además deberá estar listo emocionalmente, deseoso de lograrlo, no temeroso o combativo ni mostrar signos de temor. Caso que su niño se resista enérgicamente, será mejor esperar por un tiempo.
Postergue este entrenamiento cuando:
1) Su familia se ha mudado recientemente o planea hacerlo en un futuro cercano.2) Está embarazada nuevamente o acaba de tener otro bebé.3) Se presente alguna crisis familiar como: enfermedad severa o muerte reciente.
Cuando su niño esté aprendiendo sin problemas, no hay necesidad de detener su entrenamiento debido a estas situaciones especiales.
Será mejor estar relajado y evitar molestarse. Recuerde que nadie puede controlar cuando ni donde un niño orinará o evacuará excepto el niño. Evite una lucha de poderes. Los niños en edad de controlar esfínteres (los músculos que controlan la micción y defecación) comienzan a percatarse de su individualidad. Algunos buscan las maneras de comprobar sus límites reprimiendo los movimientos intestinales.
Su niño está listo cuando:
1. Se mantiene seco por lo menos por 2 horas durante el día o después de las siestas.2. Las evacuaciones son regulares y previstas.3. Las expresiones faciales, posturas o palabras revelan que está a punto de orinar o evacuar.4. Su niño sigue órdenes sencillas.5. Puede caminar hasta el baño y se sabe desvestir.6. Se siente incómodo con los pañales sucios y desea que lo cambien.7. Su niño pide utilizar el inodoro o la bacinilla.8. Pide que lo vistan con ropa interior de “niños grandes”.
¿Cómo ayudarlo?
1) Decida que palabras utilizarDecida cuidadosamente las palabras que utilizará para describir las diferentes partes del cuerpo, la orina y las evacuaciones. Recuerde que los amigos, vecinos, maestras y otras personas que lo cuiden también escucharán estas palabras. Lo mejor es utilizar palabras adecuadas que no ofendan, confundan ni avergüencen a su niño ni a otras personas. Procure no utilizar palabras como “sucio” “asco” o “apesta” para describir los desechos. Estos términos negativos pueden avergonzar a su niño por lo que será mejor referirse a la defecación y micción de manera simple.Es posible que su niño se muestre curioso y desee jugar con sus heces. Esto puede prevenirse sin hacerlo sentir mal, simplemente diciendo: “esto no es algo para jugar”
2) Adquiera un inodoro infantilUna vez que su niño se encuentre listo deberá utilizar una sillita tipo inodoro, que resulta más fácil de utilizar porque los niños pequeños no tendrán problema en subirse a ella y sus pies podrán apoyarse en el suelo.
3) Permítale observar a los adultosLos niños se interesan por las actividades de los adultos. En ocasiones permitirles observar a sus padres cuando estos acuden al baño puede resultar beneficioso. Observar a los padres, hermanos mayores, amigos o familiares utilizando el inodoro estimula el deseo del niño de hacer lo mismo.
4) Ayúdelo a reconocer los signos de urgenciaEstimule a su niño para que le mencione cuando esté a punto de orinar o evacuar. A menudo le dirá cuando el pañal esté húmedo o después que hay evacuado y su pañal esté “lleno”. Sus palabras señalizan el inicio del reconocimiento de estas funciones corporales. Felicítelo cuando se lo diga y sugiérale que la próxima vez se lo mencione antes de hacerlo.Antes de evacuar, es probable que su niño emita gruñidos u otros sonidos, se contorsione, puje enrojeciendo su cara y deje de jugar momentáneamente. Explíquele que esto significa que la evacuación está a punto de aparecer y que es el momento de intentar el inodoro.El control del esfínter vesical a menudo tarda mayor tiempo. Algunos niños no logran el control vesical completo por muchos meses después de haber aprendido a controlar sus evacuaciones, aunque algunos controlan primero sus micciones.
5) Visite su pequeño inodoro rutinariamenteCuando parezca que el niño necesita orinar o evacuar, acompáñelo a su inodoro infantil. Manténgalo sentado por unos pocos minutos y explíquele alegre y casualmente lo que desea que suceda. Si protesta enérgicamente, no insista. Su resistencia significa que aún no está listo para iniciar su entrenamiento. Visitar su pequeño inodoro cada mañana, después de las comidas o después de su siesta puede contribuir a su aprendizaje. El éxito dependerá de una enseñanza gradual y progresiva, al paso que requiera su niño.
6) Apoye sus esfuerzosNo lo fuerce a obtener resultados rápidos. Encorájelo con muchos besos y abrazos y felicítelo cuando tenga éxito. Cuando ocurra un “accidente”, trátelo con ligereza e intente no producirle frustración. Los castigos y reproches lo harán sentirse mal, lo que probablemente prolongue su entrenamiento.
7) Enséñele hábitos higiénicos adecuados.Oriéntelo como limpiarse después de evacuar. Cuando sea posible, las madres deberán enseñar a sus hijas la correcta higiene (limpiar de arriba abajo y de adelante hacia atrás para prevenir el transporte de microbios desde el ano hasta la vagina). Asegúrese que tanto niños como niñas se laven las manos después de orinar o evacuar.
8) Enséñele a bajar el aguaAlgunos niños piensan que sus excretas forman parte de su cuerpo y verlas “perderse” al bajar el inodoro puede atemorizarlos y resultarles difícil de entender. Algunos incluso temen que serán succionados por el inodoro cuando baja el agua mientras están sentados sobre él. Deberá explicarle el propósito de sus excretas, es decir, mencione que son productos de excreción corporal que no necesita. Para ofrecerle un sentimiento de control, permítale bajar el agua del inodoro con algunos trozos de papel higiénico, lo que disminuirá su temor al ruido de la corriente de agua y la visión de objetos que desaparecen.
9) Estimúlelo a utilizar pañales de entrenamientoCuando su niño logre éxitos repetitivos estimúlelo a utilizar pañales de entrenamiento. Su niño se sentirá orgulloso por la confianza que usted le ofrece y por lograr su desarrollo. Sin embargo, prepárese para “accidentes”. Puede tomar semanas, incluso meses, antes de completar el proceso de entrenamiento. Continúe sentándolo en su inodoro en algunos momentos específicos del día.
10) Ofrézcale una alimentación balanceada.Los patrones de evacuación son variables. Algunos niños defecan 2 o 3 veces por día en cambio otros lo hacen cada 2 o 3 días. Una dieta balanceada, rica en frutas y fibras producirá evacuaciones blandas, lo que facilitará el entrenamiento. No utilice laxantes o supositorios a menos que su médico lo aconseje.
A los 3 a 4 años de edad la mayoría de los niños logran el control de sus evacuaciones y el control diurno de sus micciones. A pesar que su niño logre mantenerse seco durante el día, obtener el mismo éxito por las noches puede tomar meses o años. La mayoría de las niñas y más del 75% de los niños serán capaces de mantenerse secos de noche después de los 5 años de edad.
Su niño le hará saber cuando esté preparado para pasar de su pequeño inodoro de entrenamiento al “inodoro grande”. Asegúrese que es lo suficientemente alto y practique con él nuevamente este decálogo de aprendizaje.

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